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Cuando David le iba a decir algo, entra el entrenador a las duchas y los interrumpe. —Ustedes dos, princesas, ¿qué hacen coqueteando? David mira a Benjamín y ambos sonríen de forma burlona. El entrenador los mira y les dice con una voz fuerte: —¿Qué diablos esperan? ¡A cambiarse yaaa! Y cuando terminen de juguetear, los espero afuera, tengo que comentarles algo. ¡Así que muévanse! Diciendo esto, el entrenador se retira.